Hace
algunas semanas atrás estaba en una iglesia que me habían invitado.
A
diferencia de otros sábados esta ves estaba allí tan solo como invitado y no
como predicador, pero para sorpresa mía la persona que iba a predicar ese
sábado no iba a poder llegar, por que tubo que llevar a su esposa al hospital,
por que estaba embarazada y justamente ese día rompió fuente.
Así
que el anciano de la iglesia me explico lo que había sucedido y me pidió que
predicara. Pero no sabía que iba a predicar pues no tenia nada en mente y no
estaba preparado para dar un sermón a la iglesia.
Entonces
pensé algo rápido de una situación que me pasó hace unos días antes
semanas en la universidad, la cual tenían en mente para usarla luego en otro
sermón.
Termine
de predicar el sermón, pero inconforme porque para mí no era uno de los mejores
que había predicado, pero igual lo adiestre para no dejar de cumplir con la
iglesia.
Para
sorpresa mía fue uno de los mejores sermones en toda mi vida, y note que fue una
gran bendición para muchas de las personas que se encontraban allí, con
todo y que pensé que no era uno de mis mejores sermones.
A
veces las cosas pequeñas que hacemos tienen un impacto tremendo en la vida de
muchos, tal vez lo poco que puedas hacer no será valorado por ti mismo pero
puede cambiar la vida de alguien. Nunca subestimes una pequeña semilla por que
puede llegar a ser un gran árbol.
Lo
poco que puedas hacer aun sin ser valorado por ti mismo, o por otros cerca de
ti, puede impactar y bendecir a miles como lo está haciendo el cafecito cada
mañana. No te canses, no te rindas, es mejor hacer poco que no hacer nada.
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