Hace algunos años visite
la casa de un amigo, es una persona con mucho dinero y tiene una enorme y bella
casa. Nunca había pasado más allá de la sala hasta ese día, que anduve casi
toda la casa. Pero algo llamo mi atención.
Por fuera la casa es como un sueño, hasta donde alcanzas a ver por dentro es una maravilla. Pero bien adentro, donde nadie puede ver, tiene puertas viejas y falta de pintura. Inmediatamente hacen contraste con lo hermoso de la casa, aunque no quieras fijarte.
Yo me pregunte: cómo puedes mantener una casa tan hermosa por fuera y por dentro llegar a tener puertas tan descuidadas?
La misma pregunta debemos hacer de cómo hay personas que por fuera, aparentan estar bien y ser felices. Con sonrisas que esconden el dolor que hay dentro, con tanto lujo fuera, pero por dentro están muriendo.
Hay muchos que esconden su dolor detrás de una sonrisa. Hay quienes viven de la apariencia, sin permitir que entres a aquella zona donde se encuentran sus viejas puertas. Podrás maquillarte la cara pero nunca el corazón.
Hay alguien que puede ver la verdad en tu interior y sabe como realmente te sientes, puede ver el dolor, el miedo y las lagrimas. Se llama Jesús. Abre tu corazón a él, abre todas tus viejas puertas, entrégale tus cargas y tus heridas para que él las sane.
Es tiempo de limpiarnos por dentro, es tiempo de cambiar las viejas puertas.
[Por: Nestor Ortega
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