viernes, 29 de junio de 2012

“Hoarders” (Acumuladores)


Conozco un programa llamado “Hoarders” (Acumuladores). Esta serie trata sobre personas que tienen problema con acumular cosas en su casa y que por una razón u otra no pueden deshacerse de nada.

Yo Confieso que soy un tanto así. Me es difícil votar a la basura cosas que estén enlazadas conmigo de algún modo, ya sea porque tienen un valor sentimental o porque me gustan. Y conozco mucha gente así!

¿Pero qué pasa cuando lo que acumulamos, no son objetos sino sentimientos? ¿Qué pasa si de lo que no podemos deshacernos son cosas que nos dañan interiormente? ¿Y si son personas que, sabiendo que no nos están haciendo bien, aun así decidimos no alejarnos y nos aferramos a estas? Y al final es un “Un Total Desastre”

Hoy es el día perfecto para comenzar a deshacernos de sentimientos, objetos o personas que nos estén haciendo daño. No te aferres a esos sentimientos que te están carcomiendo el alma, de esa persona que sabes que debes dejar, ir pero te aferras, de esos objetos o hábitos que controlan tu vida.

Hoy es el día perfecto de limpiar tu casa, limpiar tu corazón, limpiar tu alma. Y no hay nada mejor que el olor a limpio y no sentirte cargad@. Hoy es el día, hazlo, Dios está contigo.

Que tengas un día Bendecido!

 Nestor Ortega

jueves, 28 de junio de 2012

“La Hormiga”


Hace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida de las hormigas, y confieso que quede asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empeño.

Pero una hormiga en particular atrajo mi atención. Negra y de tamaño mediano, la hormiga llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.
Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras.

Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito.

Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo.

Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.

La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino...

¡Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar! Pero sin darnos cuenta, esas mismas cargas -bien tomadas- pueden convertirse en puentes y peldaños que nos ayudan a triunfar.

Una deficiencia cardíaca hizo de un médico un famoso cardiólogo; el impedimento físico convirtió al joven en un gran escritor; la timidez del estudiante lo llevó a ser un destacado investigador.

¡Cuántos otros ejemplos podríamos mencionar! Todos para mostrar la misma verdad; que con frecuencia debemos padecer males para disfrutar luego de los bienes mayores; que debemos llevar con valor nuestras cargas para luego convertirlas en puentes de éxito y prosperidad.

¿Estás soportando en este momento algún problema o adversidad?

Recuerda tus problemas pueden convertirse en puentes o escaleras de superación.

miércoles, 27 de junio de 2012

“La Nieve”


Debe ser algo hermoso ver cuando cae la nieve y las casas parecen una postal, ¿Verdad que si?

Hay algo muy interesante de la nieve, es que cae en pequeños copos que forman una gran escarcha que es sumamente suave, la misma que toman los niños para hacer guerra de nieve, pero si la dejas se convierte en un duro y resbaloso hielo.

Si no quitas la suave capa de nieve a tiempo, se convierte en un hielo duro y difícil de quitar. Eso pasa en nuestros corazones, lo llenamos con cosas que aparentemente no dañan y que hasta se ven bien, pero con el tiempo se convierten en un hielo duro, frio y difícil de quitar que nos hace resbalar y caer.

Quita de ti el enojo, la crítica, los malos comentarios, el rencor, el miedo, la falta de comunicación, el descontento, quítalo ahora que es solo una suave escarcha, antes que con el tiempo se convierta en un hielo duro y seco que te haga caer y sea difícil de quitar.

Aun estas a tiempo de limpiar las calles de tu corazón.

martes, 26 de junio de 2012

“El Reloj Despertador”



El domingo en la mañana fue unos de las días más difíciles para mí al momento de despertar. El reloj despertador sonó a la hora indicada, pero mi cuerpo, por el cansancio del día anterior, no asimilaba que la hora de despertar había llegado.

Por fin desperté, pero aun seguía en la cama sin levantarme durante una hora más. Hasta que por fin tome la decisión de levantarme y por ende llegue tarde a una cita que tenia.

“No es lo mismo despertar que levantarse” durante mucho tiempo estamos bajos los efectos del sueño de un problema, una mala relación, un mal hábito o un error del pasado.

Despertamos y reconocemos la situación, pero aun así seguimos en la cama sin levantarnos durante una hora más, esto hará que lleguemos tarde a nuestro destino. Es tiempo de despertar, pero también de levantarnos.

Que tu pasado no defina tu futuro. Los errores son parte del curriculum de cada ser humano, ellos nos dan la experiencia para no volver a cometerlos.

Escuchas ese sonido? No? Presta atención… Puedes escuchar el reloj despertador? Es tu hora… Es tiempo de despertar y levantarse

lunes, 25 de junio de 2012

“Venciendo el temor al fracaso”


El temor al fracaso es una respuesta condicionada que se aprende en la infancia. Todo el mundo tiene una cierta cantidad de este temor. Te hace ser prudente, lo cual con moderación es una buena cosa. Pero cuando el temor al fracaso se lleva demasiado lejos, puede llegar a ser serio obstáculo para el éxito y el bienestar.

Todo el mundo experimenta alguna clase de temor. La persona valiente no es una persona que no siente miedo, sino la persona que actúa a pesar de su miedo. Cuando haces frente a tus temores y les sales al paso, estos disminuyen y se hacen más pequeños. Pero cuando rehúyes a la persona o situación causante de tu temor, éste crece hasta el punto que puede llegar a dominar por completo tu vida.

Hazte esta afirmación con energía y convicción. ¡Puedo hacerlo!, ¡puedo hacerlo!, ¡puedo hacerlo!, ¡puedo hacerlo!. Esta afirmación cortocircuita y anula el sentimiento de: ¡No puedo!, ¡no puedo!, ¡no puedo!

Luego haz la cosa que temes, enfréntate a tu temor. Sal a su paso. Considera tu temor específico como un desafío y, en vez de retroceder ante él o evitarlo dale la cara.

Decide exactamente lo que quieres y luego actúa como si fuese imposible
fallar.
• Actúa como si el temor no existiese. Finge que no tienes temor.
• Pregunta siempre cuál es la peor cosa que puede ocurrirte si sigues adelante y cuál es la mejor cosa que podría ocurrirte si tienes éxito.
Muchas veces comprobarás que la peor cosa que podría sucederte es muy pequeña, mientras que la mejor cosa que podría sucederte es bastante significativa.

“Alcanzar”


Si quieres tener el mar, contémplalo, y abre tus manos en sus aguas y todo el mar estará en ellas…; porque si cierras tus manos para retenerlo, se quedarán vacías.

Si quieres tener un amigo peregrino, déjalo marchar y lo tendrás…; porque si lo retienes para poseerlo, lo estarás perdiendo, y tendrás un prisionero.

Si quieres tener el viento, extiende tus brazos y abre tus manos y todo el viento será tuyo…; porque si quieres retenerlo te quedarás sin nada.

Si quieres tener a tu hijo, déjalo crecer, déjalo partir, y que se aleje, y lo tendrás maduro a su regreso…; porque si lo retienes poseído lo pierdes para siempre.

Si quieres vivir el gozo de tener, libérate de la manía de poseer y retener.

Goza de la mariposa que revolotea, goza del río que corre huidizo, goza de la flor que se abre cara al cielo…; goza teniendo todo sin poseerlo… sin retenerlo.


“La Admiración: Un Camino Hacia la Excelencia”


La admiración es la capacidad de asombro que manifestamos ante el éxito de los demás. La envidia es el dolor profundo que nos corroe y enferma ante el triunfo ajeno.
La admiración es la facultad superior que solamente poseen quienes aprenden de los triunfadores. La envidia es la característica principal de los soberbios y constante permanente de los mediocres.

La admiración es el requisito indispensable para disfrutar de las manifestaciones de la creación. La envidia en cambio, siempre observa aquello que invalida la perfección espontánea.

La admiración es el éxtasis sublime ante lo desconocido, sentimiento que alimenta al descubridor y alienta al investigador. La envidia lo explica todo con una simplicidad aberrante y con una lógica sin sentido.
La admiración aprecia el esfuerzo y la tenacidad sincera. La envidia descalifica el sacrificio y la entrega, justificando el éxito como producto de la casualidad o la buena suerte.

La admiración estimula al líder para aprender, emular, luchar, lo reta, lo anima, lo ennoblece. Para los mediocres, la envidia es la fuente principal para resentirse, vengarse, justificarse, y encerrarse en sí mismos.
El líder de excelencia se admira al contemplar el crecimiento de sus seguidores, y ve justificados sus esfuerzos por transmitir sabiduría. En cambio, el envidioso esconde en lo más hondo de sus conocimientos y le duele profundamente que lo superen sus subordinados.

El líder de excelencia está consciente que su grandeza radica en su capacidad de desarrollar seres superiores, sabe que en su capacidad de asombro está su crecimiento infinito, está consciente que es una facultad natural que todo ser humano posee al nacer y se esfuerza por mantenerla toda la vida.

“Vivir”


Vivir, es vibrar cada instante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación que nos rodea.

• Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá, es atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo que sabemos que ha quedado en el ayer.

• Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.

• Vivir, es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.

• Vivir, es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar para hacer de nosotros un ser mejor que ayer, un ser que justifica su existir.

• Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar sin réplica una ofensa, es aspirar la presencia del otro, es besar con pasión a quien nos ama.

• Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.

• Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y aunque se tengan mil argumentos para contradecirlo o justificarlo, finalmente solo escucharlo, es tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realizaciones.

• Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.

• Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

“Deshazte del equipaje viejo”


Hay muchos tipos de equipaje que llevamos con nosotros y que sabotean nuestra felicidad y éxito. Viejas heridas, palabras duras, actos inacabados, desconfianza de uno mismo, promesas rotas y miedos. Estas – y muchas otras más- son las cicatrices que nos han infligido los amigos, amados, socios o clientes.

Permite que todo esto se vaya, antes de que te sofoquen y envenenen sus actitudes y acciones. No permitas que el sol se ponga hoy, sin perdonar tus errores del pasado o a todas aquellas personas que te han hecho mal (desde el desaire más pequeño a la más grande injusticia). El verdadero propósito del perdón es aliviarte de una carga negativa.

Deshazte de todo el equipaje viejo, cualquiera sea su forma, antes de que se vuelva parte permanente de tu manera de ver, de tus s actitudes y tus conductas.

“Había una vez dos amigos”


Hubo una vez dos mejores amigos. Ellos eran inseparables, eran una sola alma. Por alguna razón sus caminos tomaron dos rumbos distintos y se separaron.
Yo nunca volví a saber de mi amigo hasta el día de ayer, después de 10 años, que caminando por la calle me encontré a su madre. La saludé y le pregunté por mi amigo. En ese momento sus ojos se llenaron de lágrimas y me miró a los ojos diciendo: murió ayer…. No supe qué decir, ella me seguía mirando y pregunté cómo había muerto.

Ella me invitó a su casa, al llegar allí me ofreció sentarme en la sala vieja donde pasé gran parte de mi vida, siempre jugábamos ahí mi amigo y yo. Me senté y ella comenzó a contarme la triste historia. Hace 2 años le diagnosticaron una rara enfermedad, y su cura era recibir cada mes una transfusión de sangre durante 3 meses, pero ¿recuerdas que su sangre era muy rara?, sí, lo sé, igual que la tuya….
Estuvimos buscando donadores y al fin encontramos a un señor vagabundo.

Tu amigo, como te acordarás, era muy testarudo, no quiso recibir la sangre del vagabundo. Él decía que de la única persona que recibiría sangre sería de ti, pero no quiso que te buscáramos, él decía todas las noches: no lo busquen, estoy seguro que mañana si vendrá…. Así pasaron los meses, y todas las noches se sentaba en esa misma silla dónde estás tú sentado y rezaba para que te acordaras de él y vinieras a la mañana siguiente. Así acabó su vida y en la última noche de su vida, estaba muy mal, y sonriendo me dijo: madre mía, yo sé que pronto mi amigo vendrá, pregúntale por qué tardó tanto y dale esa nota que está en mi cajón.
La señora se levantó, regresó y me entregó la nota que decía:
Amigo mío, sabía que vendrías, tardaste un poco pero no importa, lo importante es que viniste. Ahora te estoy esperando en otro sitio espero que tardes en llegar, pero mientras tanto quiero decirte que todas las noches rezaré por ti y desde el cielo te estaré cuidando mi querido mejor amigo. ¡Ah, por cierto, ¿te acuerdas por qué nos distanciamos? sí, fue porque no te quise prestar mi pelota nueva, jajá, qué tiempos…. éramos insoportables, bueno pues quiero decirte que te la regalo y espero que te guste mucho. Te quiere mucho: tu amigo por siempre.

“No dejes que tu orgullo pueda más que tú corazón…
La amistad es como el mar, se ve el principio pero no el final”

“Necesitamos”


Un borrador, para borrar de nuestra historia todo lo que nos haga daño.

Un detergente, para quitar las manchas de las máscaras que usamos a
diario.

Unas tijeras, para cortar todo aquello que nos impide crecer.

Un pájaro, para que nos enseñe a volar alto y cantar con libertad.

Una tinaja, para añejar el cariño y la madurez del amor.

Un frasco transparente, para conservar las sonrisas y sin tapa para
escuchar su alegre sonido.

Unos lentes, correctores de la visión de la vida, que nos permitan
observar con amor al prójimo y a la naturaleza.

Una ardilla, que nos indique como trepar por las ramas del árbol de la
sabiduría.

Unas agujas grandes, para tejer sueños e ilusiones.

Un cofre, para guardar todos los recuerdos que construyen y dan vida.

Un cierre, que permita abrir la mente cuando se desee encontrar
respuestas, otro para cerrar nuestra boca cuando sea necesario, y otro para abrir nuestro corazón

Un rebobinador de películas, para recordar los momentos más felices en nuestras vidas.

Un reloj, para darle todo el tiempo al amor y al amar.

Los zapatos de la ética y la moral, para pisar firme y seguro por donde
quiera que vayamos.

Y una balanza, para pesar todo lo vivido y todo lo experimentado.

“La grieta en el diamante”


Erase una vez, hace mucho tiempo, un rey que vivía en Irlanda. En aquellos tiempos, Irlanda estaba dividida en muchos reinos pequeños, y el reino de aquel rey era uno más entre esos muchos. Tanto el rey como el reino no eran conocidos, y nadie les prestaba mucha atención.
Pero un día el rey heredó un gran diamante de belleza incomparable de un familiar que había muerto. Era el mayor diamante jamás conocido. Dejaba boquiabiertos a todos los que tenían la suerte de contemplarlo. Los demás reyes empezaron a fijarse en este rey porque, si poseía un diamante como aquél, tenía que ser algo fuera de lo común.

El rey tenía la joya perpetuamente expuesta en una urna de cristal para que todos los que quisieran pudieran acercarse a admirarla. Naturalmente, unos guardianes bien armados mantenían aquel diamante único bajo una constante vigilancia. Tanto el rey como el reino prosperaban, y el rey atribuía al diamante su buena fortuna.

Un día, uno de los guardias, nervioso, solicitó permiso para ver al rey. El guardián temblaba como una hoja. Le dio al rey una terrible noticia: había aparecido un defecto en el diamante. Se trataba de una grieta, aparecida justamente en la mitad de la joya. El rey se sintió horrorizado y se acercó corriendo hasta el lugar donde estaba instalada la urna de cristal para comprobar por sí mismo el deterioro de la joya.

Era verdad, el diamante había sufrido una fisura en sus entrañas, defecto perfectamente visible hasta en el exterior de la joya. Convocó a todos los joyeros del reino para pedir su opinión y consejo. Sólo le dieron malas noticias. Le aseguraron que el defecto de la joya era tan profundo que si intentaban subsanarlo, lo único que conseguirían sería que aquella maravilla perdiera todo su valor. Y que si se arriesgaban a partirla por la mitad para conseguir dos piedras preciosas, la joya podría, con toda probabilidad, partirse en millones de fragmentos.

Mientras el rey meditaba profundamente sobre esas dos únicas tristes opciones que se le ofrecían, un joyero, ya anciano, que había sido el último en llegar, se le acercó y le dijo:

-Si me da una semana para trabajar en la joya, es posible que pueda repararla.

Al principio, el rey no dio crédito alguno a sus palabras, porque los demás joyeros estaban totalmente seguros de la imposibilidad de arreglarla.

Finalmente el rey accedió, pero con una condición: la joya no debía salir de¡ palacio real. Al anciano joyero le pareció bien el deseo del rey. Aquel era un buen sitio para trabajar, y aceptó también que unos guardianes vigilaran su trabajo desde el exterior de la puerta del improvisado taller, mientras él estuviese trabajando en la joya.

Aun costándole mucho, al no tener otra opción, el rey dio por buena la oferta del anciano joyero. A diario, él y los guardianes se paseaban nerviosos ante la puerta de aquella habitación. Oían los ruidos de las herramientas que trabajaban la piedra con golpes y frotamientos muy suaves. Se preguntaban qué estaría haciendo y qué es lo que pasaría si el anciano los engañaba.

Al cabo de la semana convenida, el anciano salió de la habitación. El rey y los guardianes se precipitaron al interior de la misma para ver el trabajo del misterioso joyero. Al rey se le saltaron las lágrimas de pura alegría. ¡Su joya se había convertido en algo incomparablemente más hermoso y valioso que antes!

El anciano había grabado en el diamante una rosa perfecta, y la grieta que antes dividía la joya por la mitad se había convertido en el tallo de la rosa.

Así es como Dios nos cura. Trabaja nuestro mayor defecto y lo convierte, en algo hermoso. Dios nunca pierde nada en nosotros cuando nos ponemos en sus manos y por supuesto que nosotros tampoco perdemos nada. Con él, siempre ganamos.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él.  En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de su gloria. Efesios 1:3-6





“El árbol confundido”


Habí­a una vez, algún lugar que podrí­a ser cualquier lugar, y en un tiempo que podrí­a ser cualquier tiempo, un hermoso jardí­n, con manzanos, naranjos, perales y bellí­simos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegrí­a en el jardí­n, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tení­a un problema: “No sabí­a quién era.”

Lo que le faltaba era concentración, le decí­a el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. “¿Ves que fácil es?” No lo escuches, exigí­a el rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?” Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerí­an, y como no lograba ser como los demás, se sentí­a cada vez más frustrado.

Un dí­a llegó hasta el jardí­n el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchí­simos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución:

“No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas…Sé lo que Dios quiere que seas, y para lograrlo, escúchalo.”

Y dicho esto, el búho desapareció.

¿Lo que Dios quiere que sea…? Se preguntaba el árbol desesperado, cuando de pronto, comprendió… Y cerrando los ojos y los oí­dos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar:

“Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión “Cúmplela”.

Y el árbol se sintió fuerte y seguro y se dispuso a ser todo aquello para lo cual habí­a sido creado. Así­, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardí­n fue completamente feliz.

viernes, 22 de junio de 2012

"Obstáculos en el camino"


Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra.

Algunos simplemente la rodearon. Muchos culparon a la autoridad por no mantener los caminos despejados, pero ninguno de ellos hizo nada para sacar la piedra del camino.

Un vecino del pueblo que vivía en el sitio más descampado, pasaba por allí exhausto con un fardo de leña sobre sus hombros; y la vió. Se detuvo, luego se aproximó a ella, puso su carga en el piso trabajosamente y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y empujar hasta llegar a fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró. Mientras recogía su fardo de leña, vio una pequeña bolsita en el suelo, justamente donde antes había estado la roca. La bolsita contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo que el premio era para la persona que removiera la roca como recompensa por despejar el camino.
“El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, y en disfrutar lo que se obtiene.”

“Cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad, tanto para ayudar a los demás como para ayudarte a ti mismo”.

jueves, 21 de junio de 2012

“Luz para los demás”

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…
Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí…


Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil… Muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás… ¿Cómo? A través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento…
¡Qué hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás! Sin fijarnos si lo necesitan o no… Llevar luz y no oscuridad…

Todos pasamos por situaciones difíciles a veces… Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros…
Nuestro dolor es y fue importante pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo… luz… demos luz… Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer…

Por: Jorge Bucay

“El lápiz”


En numerosas ocasiones un hombre había oído hablar de las excelencias de la madera de Sándalo y sobre todo de su maravilloso y sutil aroma que ésta despide.
Tenía tanta curiosidad de saber de ella que se convirtió en un encendido deseo de conocerla.
Pero donde él vivía no existía esta clase de madera, así que pensó que sería buena idea escribir a sus amigos en distintas partes del mundo y pedirle que le enviasen un trozo de la madera en cuestión, pensando que alguno la consiguiera y se la pudiera enviar.

Escribió cartas a todos sus amigos que le venían a la memoria suplicando por favor le enviaran un pedazo de la madera de Sándalo.

 Estuvo esperando días y días hasta que un día escribiendo una de estas cartas se quedó pensativo mordisqueando el lápiz con el que había escrito buen número de ellas. De pronto, un sutil aroma se coló por su nariz.
¡Qué esplendido perfume! Lleno de alegría, descubrió que el lápiz que le servía para pedir el Sándalo estaba hecho precisamente de esta madera.

A veces ancianos lo que no tenemos, pero no sabemos apreciar lo que está a nuestro alcance.

“El Anacoreta”

Se cuenta lo siguiente de un viejo anacoreta o ermitaño, es decir, uno de esas personas que por amor a Dios se refugian en la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para solamente dedicarse a la oración y a la penitencia. Se quejaba muchas veces que tenía demasiado que hacer.  La gente preguntó cómo era eso de que en la soledad estuviera con tanto trabajo. Les contestó: "Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león". "No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos animales?" Entonces el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron. -Porque estos animales lo tenemos todos.   

"Los dos halcones son mis ojos, que se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo que domarlos para que sólo se lancen sobre una presa buena.  Las dos águilas con sus garras hieren y destrozan, tengo que entrenarlos para que sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir son mis dos manos. Y los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las cosa difíciles, tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta, son mis dos pies.

Lo más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula de 32 varillas, siempre está lista para morder y envenenar a los que la rodean apenas se abre la jaula, es mi lengua. Si no la vigilo de cerca hace mucho daño.  El burro es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber, Pretende estar cansado y no quiere llevar su carga de cada día, es mi cuerpo. Finalmente necesito domar el león Quiere ser rey, quiere ser siempre el primero, es vanidoso y orgulloso. Ese es mi corazón.


“Un milagro de Guerra”

Durante la guerra en Corea, un hombre fue gravemente herido en un campo de batalla en Heartbreak Ridge. Sus amigos estaban cubiertos en una cueva de zorros como a 10 metros del lugar cuando este fue herido en una emboscada.

Mientras el fuego continuaba, los otros hombres discutían entre ellos que hacer. Pero como el fuego era intenso era difícil seguir arrastrándose y traer a su compañero herido, pues eso significaría la misma muerte.

Por un rato nadie se movía. Los hombres que estaban en la cueva podían escuchar a su compañero herido clamar por ayuda. Entonces uno de los hombres que estaba en la cueva empezó a mirar el reloj. No podía quitar la vista del mismo. Todos los demás lo notaron y empezaron a preguntarle cosas, pero el soldado no dejaba de mirar el reloj y permanecer en silencio.

De repente, el hombre del reloj saltó de la cueva y se arrastró hasta donde estaba su compañero herido. Lo tomó por la solapa del uniforme, y de una manera lenta empezó a regresar a la cueva, todo mientras el ataque era intenso a su alrededor.
Sorprendentemente ambos lograron llegar a la cueva del zorro sin ser heridos por bala alguna. Luego que el fuego cesara, le preguntaron al héroe que salvó a su compañero ¿porque había esperado tanto tiempo para rescatar a su amigo?

A lo cual él respondió: “Mi madre me dijo que a la misma hora exactamente, todos los días, ella estaría orando por mí. Y de acuerdo a mi reloj, dejé la cueva exactamente cuando ella empezó a orar.

“Una bella historia”


Angulimal, un bandido fué un día a matar a Buda. Buda le dijo:
-Antes de matarme, ayúdame a cumplir un último deseo. Corta, por favor, una rama de éste árbol. -Con un golpe de espada el bandido hizo lo que Buda le pedía. Pero éste añadió:
-Ahora vuelve a ponerla en el árbol, para que siga floreciendo.
-Debes estar loco -respondió Angulimal- si piensas que eso es posible.
-Al contrario, dijo Buda, el loco eres tú, que te crees poderoso, porque puedes herir y destruir. Esa es cosa de niños. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar

“El árbol de los problemas”

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo.  Su cortadora eléctrica se dañó y lo hizo perder una hora de trabajo y luego su antiguo camión se negó a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.
“Oh, ese es mi árbol de problemas”, contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez.
Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior…

“El Niño y el Piano”


Deseando dar ánimo a su joven hijo para que progresara en el piano, una madre llevó a su pequeño a un concierto de Paderewski.

Después de sentarse, la madre vio a una amiga en la platea y fue a saludarla. El pequeño cansado de esperar se levantó y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta donde estaba escrito “PROHIBIDA LA ENTRADA”. Cuando las luces se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba allí. De repente, las cortinas se abrieron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro del escenario.
Horrorizada, la madre vio a su hijo sentado al teclado inocentemente, tocando las notas de… “Mambrú se fue a la guerra”
En aquel momento, el gran maestro de piano hizo su entrada, rápidamente fue al piano y susurró al oído del niño, “No pares, continúa tocando”.
Entonces apoyado, Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo.

Luego, puso su mano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo de melodía. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz transformaron una situación embarazosa en una situación maravillosamente creativa.

La gente gritaba de la emoción al ver tan fascinante espectáculo.

Dios nos ha dado la capacidad creativa de transformar nuestras malas situaciones y malos momentos, en una bella nota melódica de “Mambrú se fue a la guerra”. En vez de quejarte y ponerte a llorar en momentos donde las cosas no salen bien, usa tu creatividad para sacar algo mejor. Puedes dejarte derribar o puedes seguir tocando “Mambrú se fue a la guerra”.

Una buena experiencia o un gracioso recuerdo que luego nos hará reír
No es momento para llorar, es momento para salir a camino! No te rindas

Que tengas un día bendecido


miércoles, 20 de junio de 2012

Éxito

En el verdadero éxito, la suerte no tiene nada que ver, la suerte es para los improvisados y aprovechados, y el éxito es el resultado obligado de la constancia, de la responsabilidad, del esfuerzo, de la organización y el equilibrio entre la razón y el corazón.

“La gracia de Dios”

Para conseguir algo que nunca has tenido, tienes que hacer algo que nunca has hecho. Cuando Dios te quita algo, no te esta castigado sino que solamente te esta abriendo las manos para que recibas algo mejor.

Concéntrate en esta frase: “La voluntad de Dios nunca me llevara a donde su gracia no me pueda proteger”.  Ahora di esta Oración: Dios nuestro padre, entra a mi casa y llévate toda mis preocupaciones y enfermedades, y por favor vigila y sana a mi familia. En el nombre de Jesús…Amen

“El plebeyo y la princesa”

Se cuenta la leyenda que en algún lugar de Dinamarca había una bella princesa que estaba buscando consorte.

Reyes, príncipes, Jefes de ejército, y plebeyos llegaban de todas  las regiones con maravillosos regalos: joyas, tierras, ejércitos, tronos… Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riqueza que el amor y la perseverancia.

Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:
-Princesa, te he amado toda la vida. Yo realmente no tengo mucho que ofrecerte, pero si te aseguro que nunca te va a faltar amor, cariño,  admiración, comprensión y atención. Soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Esta será mi dote.
La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar:

-Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prueba me desposarás.

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportando el sol, los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento.

De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, que con un noble gesto y una sonrisa aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos.

Al llegar el día 99, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la princesa, el joven se levantó y, sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar dónde había permanecido cien días.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca le preguntó -¿Qué te ocurrió? Estabas a un paso de lograr la meta, ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?

Con profunda consternación, el plebeyo contestó en voz baja: -Bueno joven amigo La princesa no me ahorró ni un día de motivación, ni siquiera se asomo por la ventana para demostrarme que ella esperaba por mí, ella no merecía mi amor.

Cuando estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos como prueba de afecto o lealtad, incluso a riesgo de perder nuestra dignidad, merecemos al menos una palabra de comprensión o estímulo. Las personas tienen que hacerse merecedoras del amor que se les ofrece.

Ama a esa persona que te ama, cuídala, protégela, valórala, hazle sentir que es importante, déjale saber que le extrañabas y cuan especial es para ti, no esperes hasta el último momento por que todo tiene su tiempo y puede que ya sea muy tarde.

Entonces, cuando habían acabado de desayunar, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis corderos.
Y volvió a decirle por segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le dijo: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo por tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció porque la tercera vez le dijo: ¿Me quieres? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Juan 21:15-17.

Que tengas un día bendecido!

martes, 19 de junio de 2012

PERDI Y GANE


Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia, pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.

Perdí mis privilegios y fantasías de niño, pero...Pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.

Perdí a mucha gente que quise y que amo toda vía...Pero gané el cariño y ejemplo de sus vidas.


 Perdí momentos únicos en la vida porque lloraba en vez de sonreír....Pero descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.
Yo perdí muchas veces y muchas cosas en mi vida....... Pero junto a ese "perder" hoy intento el valor de "ganar"...Porque siempre es posible luchar por lo que amamos y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo....
No importa en qué momento te cansaste.

Lo que importa es que siempre es importante y necesario recomenzar…Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante…Creer en ti mismo.
¿Sufriste mucho en este período?......Fue aprendizaje.  ¿Lloraste mucho??.........Fue limpieza del alma. ¿Sentiste rencor?.... Fue para aprender a perdonar.
¿Estuviste solitario en algún momento?....Fue porque cerraste la puerta.  ¿Te sientes solo?....Mira alrededor y encontraras mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse más a ti.

Hoy es un excelente día para comenzar un nuevo proyecto de vida. Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, porque la vida nos trae lo que anhelamos.
Si pensamos pequeño, lo pequeño nos vendrá. Si pensamos firmemente en lo mejor, en positivo, lograras alcanzar algo grande, pero lucha severamente.

Arroja lo malo a la basura, limpia tu corazón alístate para una nueva vida, para un nuevo amor, porque además somos la manifestación del amor.
Confía en la vida......Confía en ti. Y principalmente... Confía en Cristo Jesús


Glenn

En su cama, el niño horriblemente quemado y semiinconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente habría sid...