Angulimal, un bandido fué un día a matar a Buda. Buda le
dijo:
-Antes de matarme, ayúdame a cumplir un último deseo. Corta, por favor, una rama de éste árbol. -Con un golpe de espada el bandido hizo lo que Buda le pedía. Pero éste añadió:
-Ahora vuelve a ponerla en el árbol, para que siga floreciendo.
-Debes estar loco -respondió Angulimal- si piensas que eso es posible.
-Al contrario, dijo Buda, el loco eres tú, que te crees poderoso, porque puedes herir y destruir. Esa es cosa de niños. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar
-Antes de matarme, ayúdame a cumplir un último deseo. Corta, por favor, una rama de éste árbol. -Con un golpe de espada el bandido hizo lo que Buda le pedía. Pero éste añadió:
-Ahora vuelve a ponerla en el árbol, para que siga floreciendo.
-Debes estar loco -respondió Angulimal- si piensas que eso es posible.
-Al contrario, dijo Buda, el loco eres tú, que te crees poderoso, porque puedes herir y destruir. Esa es cosa de niños. El verdaderamente poderoso es el que sabe crear y curar
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